Friday, February 24, 2006

Nuevos dioses, viejos dioses


Desdoblado, paso a paso, de alaridos y sudores

Mi alma a contraluz de los venenos

La sangre que me envuelve es la ponzoña

Mas he vuelto como una sombra entre las calles

Y el soberano sentido de las casas

Vuelve a su sitial en las ciudades

Poco a poco, las formas van ganando espacio a la muerte

Y el mundo mismo es un gladiolo perfumado

Que alegría saber que resucito, cada once espacios, y un silencio

Estuve perdido, por once lunas, y once soles

Mas he traído conmigo el amor por el fracaso

Y un espíritu apedreado de sinsentidos

Ay padre mío, he llorado galaxias de mentiras

Mas no he perdido las ganas de nadar

Y correr por las calles de mi encierro

Oh amor, amor por el rumbo de los astros

Por el rumbo de la sangre entre las venas

He viajado, sin caminos por la vida

Y los senderos de mujeres, se me han abierto sonriendo

Y he besado cada signo de la muerte

Adorando todo cuanto era maldito en esta tierra

Mas mi dios no es una estaca, ni un martirio

Y soy el canto de las aves apedreadas de alegría

Mas mi dios es un ciclo de hermosura

Hecho carne, y no palabra

He puesto mis manos en las raíces de los bosques

Y la madre sonriente me ha besado las lágrimas de otoño

Recogiendo de cada herida el más delicioso néctar

Como una prístina máquina de sanar muertos

Madre, mi amor por tus vestidos, tus coronas, es tan amplio

Que he vivido un millar de vidas

Contemplándote, y jugando en tus entrañas

Retornaré de los muertos, trayendo mordida el alma de recuerdos

Y cantaré mi sangre a gargajos y cataratas

Llevando a mis hermanos a un mejor puerto

Fui la voz de las tinieblas y olvidé ocuparme de la vida

Sumando los trozos de la muerte

Esculpiendo las dudas con un cincel despavorido

Mas no se nada, sobre nada

Y las montañas me comprenden

Y las noches me abrazan con su letargo umbrío

Y los días son un fluir de sangre, construyendo un imperio

De soles y personas, y montañas, y silencios

Llevo la vida tan clavada en las pupilas

Y un guijarro de esperanza en cada huella de la muerte

Levantaré de mi espectro un horizonte entero de amapolas

Y el mundo será la medida de lo humano

Y cada hermano será el símbolo indiscutible del amor

Mi dios me ha dicho que la vida es el primer paso, y el último

Y que su nombre no interesa, y sus palabras son

El susurro de los mares, y tronar de las montañas

Mi dios es la negación del universo, y un beso, en los labios de la tierra

Y una mano estrechando una manzana

Thursday, February 23, 2006


Estío

Te veo frotar en tus ojos

La vidriosa certeza de la realidad

Y nada sabemos de los estigmas

Ni de los mártires

Ni del óxido de la historia;

No queremos saber nada

Te veo comiendo los eones

Las agujas de la historia;

Y el polvo de las alfombras

Se acumula

Recordándonos

Que todo termina y vuelve a comenzar

Soy la piedra mágica de la certeza

El cimiento más sólido de viento

La tierra de mis hijos

Mas soy el olvido

Deambulando cojo por entre los edificios

Sarmentosos de la capital

Estruendosa y automática

Llena de nada a manos repletas

Y cartuchos y cambuchos de excremento

Mas te veo infiel a las laceraciones

Hereje de alegrías

Herético de bosques

Pagano sin remedio

Pues mi dios me ha dicho

Que soy el viento y los trinos de las flores

Al llegar el estío, soy el cesto y las semillas

Te veo, trizando los campos de alambrados

Y corriendo a pies descalzos por la jungla

Gritando a manos llenas la victoria

Wednesday, February 15, 2006

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Pasajero de la eternidad

Sombra merodeadora de la ausencia

Equipaje a contramano

Sonrisa y sonrisa, dispensando las molestias

Y las angustias

¿Cuantas son? Mi dios, cuantas sombras pasajeras

Que vienen y van

Sombra caminando,

y un halo de hermosura

Silencio y silencio, y aún somos los mismos,

Y distintos

Sin duda, todo se contradice en la realidad

Las palabras no señalan más que su contradicción

Y la pérdida

Y el desaliento.

Esta virtualidad al borde de concretarse

Este casi, apenas, al borde de…

Y mensajes y mensajes

Llegaremos pronto

Llegaremos y el sol se hundirá finalmente

Tras nosotros

Padre, madre. ¿Donde fueron los nuncios?

¿Dónde están los constructores de las ilusiones?

Yo bien, pensando en despertarme, y salir a correr

Yo bien, nada ha pasado, todo me resulta intolerable

Esta realidad me pesa tanto, a veces

Y otras veces ni la siento

Brisa o humo, viento y mar ajeno

Yo aquí, encerrado recordando el puerto

Y los caminos de estrellas

Yo aquí, cada día más muerto por dentro

Buscando caminos conocidos

Y por conocer

Y mi maleta, junto a la ventana

Pasajero, viajando, rumbo a ninguna parte

Esperando llegar pronto

Madre, ves cuan lejos está mi tierra

Esa que se esconde de los mapas

Y rehuye las topografías de los cuerdos

Esa donde toda la locura es anécdota

De medianoche

Es fogón de parranderos

Y esqueletos del pasado